Las tardesitas húmedas de verano tienen ese, que se yo... Mezcla rara entre el aroma a tierra mojada y la remera del penúltimo lingera empapada por el calor de la mañana y las gotas de la tormenta que llegaron a enjuagarla...
Quereme así mojado, mojado, mojado. No ves que te esperé bajo la lluvia dos horas, mil horas como un perro... Llueve sobre el mojado...
¡Viva los locos que se desempolvan con las lluvias de verano!
De esas que se sienten frescas, frescas por más tibias que sean las gotas con las que riega al hervido día, a la mañana cocida, a la siesta horneada... Pero... Puaj... tarde recalentada si lo que pasa es sólo una chaparroneada. Te regalo pasar un rato en ese sauna...
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