Había una vez, en un lugar del planeta, un lugar
como cualquier otro lugar, sin etiqueta de “periferie” ni de “sudesarrollado”,
ni ninguna otra etiqueta, sólo “un lugar”. En este lugar había un “puto”. Si “puto”,
así le decían, no importa exactamente por qué cuestiones, personales, privadas,
existenciales, psicológicas, ni otras cosas. No importa. la cuestión es que a
él, otros, le llamaban “puto”, pero a él no le gustaba que otros le llamen “puto”.
Pues, un día, se preguntó: ¿Cómo puedo hacer para que la gente me deje de llamar “puto”? Porque no
me gusta que me llamen “puto”. Entonces, se puso a pensar y pensar, y a
estudiar mucho, terminó la secundaria y empezó a estudiar Filosofía en la
Universidad. Conoció las diferentes corrientes de pensamiento putoriográficas, pitoriológicas
y putgnogseológicas, y se interesó por la biografía de los principales putos de
la Historia Universal. Así usó toda su inteligencia para crear una gran idea.
Con ella pretendía poner un punto de inflexión en la historia de la humanidad,
al menos de su humanidad, y cambiar el acontecer de La Sociedad, pues con esa
brillante idea, iba a lograr que los que lo llamaban “puto”, dejen de llamarle “puto”.
Y no sólo eso, sino que además, iba a dejar a todos esos que toda la vida de él
se rieron, llamándolo como a él no le gustaba, a modo de venganza, en el
absoluto ridículo, pues les haría ver cuán estúpido era lo que ellos pensaban,
pues “el que ríe último, ríe mejor”…
Aquella idea, enorme y rica en fundamentos y
significados, una gran teoría llena de difíciles palabras y complejas
relaciones lógicas, de esas, de las que hablan los de “pensamiento superior”;
pues nuestro amigo, el que no le gustaba que le llamasen “puto”, se armó todo
eso, y hasta lo presentó como trabajo final para su estudio como filósofo, como
su “Tesis”. Este gran trabajo de investigación filosófica, contenía elementos teóricos
de prácticamente todas las ciencias, que fundamentaban el porqué el significado
de “puto” no existía, por ende, no valía. Esto hacía ver que aquella palabra
era sólo una palabra sin sentido, sin contenido, estaba vacía. Y tenía razón, cuan
estúpido le hacía sentir a uno, luego de leer las 359 páginas de la tesis, el
darse cuenta que toda su vida se gastó saliva diciendo una palabra vacía, como un
absoluto “cero a la izquierda” en su vida.
Pues, nuestro amigo lo consiguió, con ella esa tesis,
el destino de su vida cambió. Lo que desde niño soñó, lo que desde que tuvo uso
de razón planeó, iba a concretarse con aquella gran teoría que escribió. Y así
como lo pensó y luego existió, pensado y hecho, así fue, lo consiguió. Con
ella, con esa “importante” teoría pudo conseguir que las personas dejen de
llamarle “puto”, ya nunca más lo llamaron “puto”, ahora lo llamaban “Filósofo”.
El Interpretado
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