viernes, 8 de abril de 2016

LA NIÑA Y LA PIEDRA (Un camino objetivo: hacia la constitución explicativa de un mundo simbólico)

Una mañana en un numeroso hogar de algún barrio del Gran Resistencia, una niña encuentra una cosa, brillante de variados colores.
La emoción que le produjo tan interesante hallazgo la impulsó a correr hacia su hermano mayor que andaba por ahí cerca. Sorpresivamente la niña a su hermano le dice: - ¡Mirá Juan lo que encontré! ¿Sabes qué es? El Hermano, con un poco de indiferencia le responde: ¡Qué pavada! Obvio que sé, es un cascote.
Un tanto desilusionada, por una respuesta tan simple y desinteresada, la niña decide ir a enseñar la “cascote” a su tío que estaba en su habitación. – Hola tío, ¿Qué estás haciendo? – Hola Anto, hago una tarea para la facu. - Ahh… ¿Tenés idea que es esto que encontré? – ¡Sí! Esa roca la usé la semana pasada para exponer un trabajo práctico de Geomorfología. - ¿Geomorfología? ¿Esto es un Geomorgología? – Jaja. Nooo Anto, es una roca metamórfica compuesta por mica, cuarzo y feldespato potásico. – Ah…! Y… es tuya? – Tuya ahora, si la querés, te la regalo. – ¿Enserio? ¡De una! Gracia tío, me re encanta.
Anto, un poco mareada por todo lo que le había explicado su tío, se fue ansiosa a mostrarle su nuevo regalo, a su mamá, que estaba cocinando. – Mirá mamá, que hermoso lo que me regaló el tío. - ¡Ey! Había sido que vos sacaste el tope de la puerta del patio. ¿No ves que esa maldita puerta se rompió y el viento la abre cada dos por tres y se me llena la casa de moscas? Y esta tu padre que no se hace tiempo de arreglarla, está lleno de trabajo el pobre. - ¿Un tope de puerta? El tío me dijo que era su trabajo de Georoljología. Mejor le muestro a papá. El si sabe lo que es un trabajo…
La niña, dejando a su madre con la boca abierta, salió corriendo en busca de su padre, que estaba haciendo un trabajo de albañilería en la casa de un vecino. – ¡Mirá Papá lo que encontré! Estoy tratando de averiguar que es. ¿Podes decírmelo? – ¡Uy! ¡Que linda! ¡Como la niña que lleva! Y para mí, podría ser un material para preparar la mezcla del contrapiso sobre el cual construiría una gran casa.- ¿Una casa? ¡Wow! - ¡Sí! Preguntale a la abu fijate. No sabés que a ella le encantan las preguntas. – Hay sí, tenés razón.
A todo lo que daban de velocidad sus piececitos, Anto fue a la pieza de su abuela. – ¡Abu! ¡Mirá lo que tengo! Me la encontré, luego me la regaló mi tío, era su trabajo, le llamó roca y otras palabras difíciles, le dicen cascote según Juan y sirve para trabar la puerta y que a mamá no le entren moscas o para construir una casa. ¿No es hermosa? – ¡Uy mamita! ¡Qué bonita la que tenés! Allá, donde de niña me crié, hay un montón de ellas, de todas las formas, colores y tamaños. ¿Sabés de donde vienen? De los picos más altos de las montañas, o sea que fue una montaña alguna vez. – ¡Wow! ¿Enserio? Pero cómo algo tan grande como una montaña puede hacerse tan pequeño. ¿Acaso se encogió? – Jaja. Digamos que se desprendió, tal vez por el viento, alguna lluvia, o una persona que la extrajo de la montaña. - Yo pensé que era al revés nomás, que lo pequeño como yo, con el tiempo se hacía grande como vos. ¿Y cómo llegó hasta acá? Las montañas quedan re lejos de acá. – Y capaz que la trajo tu tío, en ese viaje que hizo hace poco con su estudio. Vi que trajo varias. Osino, llegó en el río, como yo llegué acá. - ¿En el río? - ¡Sí! Te acordás cuando fuimos a la playa, que sobre la rivera había un montón de arena? Pues esa arena es lo mismo que tenés en la mano pero aun más pequeño. El río lo trae de las altas montañas, y lo va fragmentando, haciéndolo cada vez más pequeño hasta transformarse en arena, incluso, después se hace aun más pequeñito y se hace tierra. - ¿Enserio? – ¡Sí!, La tierra que le ensucia los pisos a tu mamá, la que mojada se hace barro, con la que tu papá construye esos hermosos hornos, ladrillos, vasijas y muchísimas cosas más.

- ¡Oh! ¡Cuántas cosas había sido mi hallazgo! ¡Qué divertido! – ¡Sí! Muy divertido. Ahora haceme un favor: andá a decirle a tu madre que controle que el desagüe del patio no esté tapado y que destienda la ropa seca, porque me duelen los huesos. - ¿Y qué significa que te duelan los huesos abu? – Significa que va a llover...

"La Niña y la Piedra (Un camino objetivo: hacia la constitución explicativa de un mundo simbólico)" por Rodríguez, Hugo Diego DC se distribuye bajo una
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